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jueves, diciembre 25, 2014

Algún día

Hoy he calculado cuánto habré pagado al banco cuando termine de pagar mi hipoteca. 321.600 euros. Nada más y nada menos. Probablemente algo más, porque en años anteriores pagué más de lo que actualmente pago. Pagaré en total más del doble de lo que me costó el piso. Un piso de una casa que tiene ya 40 años, que está sin reformar y que no tiene ni 65 m2, incluyendo la terraza del comedor y la de la cocina. Sin plaza de garaje y trastero, y por supuesto, sin piscina comunitaria. Un segundo sin ascensor, en un barrio normalito de una ciudad que ya me gustaría que fuese Madrid, pero no, no es. Si al menos fuese en Madrid, compensaría de alguna manera el esfuerzo que me supone abonar cada puñetera cuota mensual. 

La semana pasada fui a negociar con el banco. Ahora que los tipos de interés están por los suelos, resulta que el mío me lo dejan fijo para el resto de la hipoteca. Y la cuota ha quedado algo alta. Pero al final no pude negociar. Es decir, lo intenté. Pero son lentejas. No tuve nada que aceptar porque no había nada que aceptar. Sencillamente te dicen lo que van a hacer contigo y lo hacen sin más. Hasta que allí, una vez sentada, con mi madre al lado, y frente a la chica que escuchaba nuestros pretextos, empecé a calentarme.
Y ella me sacó ese discurso que más de una vez tienen que dar sobre "la buena fe" de la banca, que si al fin y al cabo, están para ayudar a los clientes y que mentirte, no te van a mentir. Y justo ahí es cuando estallé. Le dije que lo de la buena fe lo dejase aparte, porque cuando me ofrecieron escoger el tipo de interés que quería, lo escogí en base a lo que ellos me contaron. Me quedé con el IRPH porque me lo pintaron de color de rosa, cuando a día de hoy es un tipo de interés abusivo. Y es entonces cuando ella me dice: - Bueno, es que con ese tipo de interés nos equivocamos porque sólo tuvimos en cuenta la tendencia de este índice durante los años anteriores. Y le respondí: - Ya, pero tus errores los pago yo, no vosotros...

Y me eché a llorar. No me había pasado nunca reclamando algo, pero me pasó. Y tuve que soportar otro discursito de la señorita, por llamarla de alguna manera, que tenía delante, del cuál no mencionaré nada. En fin, que fue una pérdida de tiempo ir. O no. Al menos sé de primera mano que van a lo suyo, y que encima, te hacen parecer que ellos son las víctimas. Se me abren las tripas cuando les oigo hablar así.

Tenía que haberlo pensado más antes de comprarlo. En aquel momento, la situación en mi casa se complicó, tenía 20 años y sentí que yo era la que tenía que tomar las riendas de todo. Yo y mi maldito papel de solucionar el mundo. También otros influyeron algo en mí: que si o compraba el piso, o jamás tendría algo. Lástima que hice caso a todas esas voces, incluyendo la mía. 

Acaba el año, meditamos en lo que hemos hecho bien y mal y nos ponemos como meta mejorar el año siguiente. Siempre y cuando sigamos siendo dueños de nuestras vidas. Para todos aquellos que se sientan así, que por desgracia, seremos bastantes... una canción con un vídeo en el que el perseguido acaba siendo el vencedor. Algún día...








*-* Muak *-*




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