.

domingo, enero 18, 2015

Cambios

Han sido unas semanas algo alocadas estas últimas. La mala suerte siempre está rondando cerca de mí. Y haciendo un breve análisis y comentándolo con más gente, nos damos cuenta de lo mal que va todo. Tanto a nivel internacional como a nivel nacional, incluso local, si me apuras. Seguro que habéis escuchado en las noticias sobre aquel policía que ha sido empujado en la estación de Renfe de Embajadores y ha fallecido. Bueno, pues yo iba en el tren que le arroyó. Ni siquiera fuimos conscientes de lo que había pasado cuando bajamos del vagón. Se bloquearon las puertas y parte del tren se quedó dentro del túnel. Yo sabía que era algo gordo, más que nada, al ver el despliegue policial que tuvo lugar en la estación justo nada más bajar. Y todos ellos con caras asustadas. Ese mismo día, minutos antes, fue en el que un loco en la estación de Atocha dijo que llevaba una bomba y tuvieron que desalojar la estación entera. También me pilló a mí, solo que ya atascada en la estación de Leganés, sin poder moverme puesto que todas las líneas estaban cortadas. Luego ya se reanudó el servicio y al llegar a Embajadores, aguardaba la desgracia que os acabo de contar. Y esta semana también. Llego a la estación de Leganés Central, y ya en el metro avisaban de que la línea de Renfe estaba sin servicio. Y al salir del metro para entrar dentro de la estación de Cercanías, nos dicen que un chico se ha suicidado arrojándose a las vías una estación antes de la mía. No es la primera vez que cortan las líneas porque alguien se arroja a las vías. Lleva pasando mucho tiempo, más de lo que nos pensamos. Incluso, mi amiga Isa que va a diario a Tres Cantos y en cuya línea también se han arrojado varias personas, me ha comentado que han puesto carteles por la estación indicando que si alguien se encuentra mal, hay un servicio gratuito de atención psicológica. Imaginad el panorama. ¿No dan ganas de llorar? Las cosas no marchan bien. ¿Qué te puede llevar a hacer algo así? ¿La desesperación? ¿Una situación mala que se alarga en el tiempo? ¿Perder la fe en los nuestros? ¿La indiferencia ante todo lo que nos rodea? No lo sé. Pero estando en la estación, esperando el tren, me pasó algo. Había un chico que se acercaba una y otra vez a las vías, miraba hacia abajo, y se alejaba. Con cara muy triste. Volvía a hacerlo. Se acercaba al andén, casi al borde, miraba hacia abajo y de nuevo se alejaba. Y pensé: "Mira que si este chico está pensando en tirarse...". No me planteé decirle nada porque tenía dudas de si podía ser sólo cosa mía. Pero, ¿y si luego se hubiera tirado y no le digo nada? Luego observé en la estación lo fríos y rancios que somos los seres humanos con desconocidos. Subían por las escaleras mecánicas un chico joven y una mujer de mediana edad. El chico joven, sin darse cuenta quiero pensar, se colocó en la parte izquierda de las escaleras, parado, y como algunos ya sabréis, esa zona está reservada para los que quieran subir o bajar caminando. Pero la señora, un poco agriamente, le indicó que se apartara y se echase a la derecha. Él la miró un poco ofendido, y ambas miradas se cruzaron y casi caen rayos del cielo. ¿No es más fácil haberle mirado con una cara un poco sonriente y decirle: "¿Me permites, por favor?"?

¿Y si en algún momento hemos sido así de fríos justo cuando alguien está pensando en hacer una locura? Acabar siendo la puntilla para alguien que ya está mal debe ser horroroso. Pero, es que somos así. Vamos a todos sitios con cara de amargados, y si nos dicen algo que nos molesta un poco, contestamos con desidia e ira. ¿Y si empezamos a cambiar el chip en esta forma que tenemos de tratarnos? Es cuestión de proponérselo y esforzarnos, y de poner un poco de positividad en nuestra vida, aunque no nos vaya bien a veces. De querernos un poquito más, que estamos todos en el mismo bando, jolín. Venga, a ver si hacemos un pequeño esfuerzo en trabajar esto. Al fin y al cabo, repercutirá también en nuestra felicidad. ¿Y no merece la pena por eso?

Antes de despedirme, dos cosillas. Hoy me ha encantado abrir esto para ver la cantidad de visitas que he tenido en apenas unos días. ¡Con qué tontería a veces nos ponemos tan contentos! Parece que las entradas en las que explico cosas sobre cómo elaborar jabón están gustando mucho. Así que, me alegro. Intentaré hacerlo mejor en las próximas entradas.

Y también, quiero agradecer a Jesús, Berta, Alfredo, Mari Oli, Pili y Carol la ayuda que me habéis prestado estas últimas semanas. Gracias de corazón!

Os dejo una cancioncilla, que se me van acumulando las que me apetece enseñar por aquí! Quien me conoce bien, ya sabrá que uno de mis grupos fetiches es The Boxer Rebellion.





*-* Muak *-*



1 comentario:

  1. Hola, preciosa! Gracias por leerme. Pues sí, tienes razón en que cada vez somos más agrios y antipáticos con nuestro semejante. Pero a veces lo hacemos siguiendo un mecanismo de defensa, porque a veces las personas que más queremos son las que más daño nos hacen. Y claro, ¿qué vamos a pensar de un desconocido? Pues nada bueno. Pero aún así, hay que conceder el beneficio de la duda; es uno de mis lemas. Espero que todo vaya bien, preciosa!!!
    Un beso enorme!!!

    ResponderEliminar